Los alumnos de 3º año Comunicación de Nivel Secundario, en la asignatura Lengua y Literatura, leyeron la poesía "Balada de los dos abuelos" de Nicolás Guillén y luego escribieron sus propias poesías dedicadas a sus abuelos. Son una demostración de ternura y afecto, de esas que son capaces los adolescentes. Queremos compartirlas con ustedes.
Amor de abuelos
Mis días se iluminan cada vez que la veo,
De ella todo he aprendido
Sus anécdotas y nuestros interminables paseos,
Sus consejos y sus sueños me los llevo conmigo.
Porque con tan solo una mirada logra entenderme,
Ya sabe lo que siento, pienso o me parece,
Quisiera tenerla por siempre a mi lado,
Mi admiración por ella todos los días crece.
En el cielo las dos tenemos un ángel
Que desde arriba guía nuestros caminos,
Estará por siempre en nuestros corazones
Aunque físicamente no esté conmigo.
Porque él fue parte de mi vida
Y hoy es una estrella que me ilumina,
Con sus fuerzas me ayuda a seguir adelante
Desde que el día comienza hasta que termina.
Mis abuelos siempre serán lo más importante
Porque el amor de un abuelo a un nieto es incomparable.
Los abrazos son únicos e irremplazables,
Prometo quererlos sin importar lo que pase.
Dana Martínez
Mis segundos padres
Son ellos a quienes busco
Cuando preciso un hombre donde llorar,
Un oído para que me escuchen
O tan solo un momento para sentirme llena,
Tranquila y feliz.
Son mis segundos padres, son mi familia,
Por momentos, los considero amigos
Porque hacen tanto por mí que cumplen un rol
En mi vida, que nadie ni nada, puede suplantar.
Me dan amor, cariño y a veces,
Avalan mis caprichos.
Aprendo cosas de ellos, como ellos de mí.
Ante cualquier complicación, ellos son los primeros
En estar y en ayudarme.
Me cuidaron desde mi infancia, y ahora, siguen haciéndolo,
Sé que puedo confiar en ellos, nunca me van a fallar.
Sé que puedo contar con ellos.
No cualquiera cumple tan bien y con tanto amor
Uno de los roles más importantes de la vida,
El rol de ser abuelos.
Ornella Scarafia
Arrugas de mi corazón
Abuelos… postales del alma, relatos viajeros,
Desde muy chiquita los llevo dentro.
Ella me envuelve con sus historias
de fantasía e ilusión,
Mientras él me lleva por insólitas anécdotas
llenas de intriga y emoción.
Al lado de ellos todo se ve diferente,
Todo es más fácil, sencillo y alegre.
Lo malo nunca llega estando a su lado,
Ante mi tropezón o fracaso
Un gran abrazo me han dado.
Y pasan los años y crecen sus arrugas.
Y con cada una de ellas crece mi admiración.
Cómplices de mis deseos más preciados,
Compañeros del logro y del dolor.
Abuelos, los quiero y los llevo
Muy dentro de mi corazón.
Mía Éboli
Escamas radiantes
Te fuiste, ya no estás.
Ahora sos un pez, uno más.
Me dejaste sin decir adiós,
Entregándote a las manos de Dios.
Fuiste un ser humano
Y luego sólo cenizas,
Mas te tiraron al mar
Para comenzar una nueva vida.
¿Dónde estarás en este momento?
Hablando con una sirena supongo.
¿Será todo como en los cuentos?
Si no es así, a la muerte me opongo.
Reflejo en el agua
Los peces brillantes.
Allí estás tú
Escamas radiantes.
Corazón transparente
Aletas brillantes.
Allí estás tú
Escamas radiantes.
Nicolás Fernández
Abuelos
Las manos de mis abuelos
De caricias me llenaron,
Sus ojos llenos de tiempo
Los míos iluminaron.
Sus arrugas son del viento,
Sus consejos mi tesoro
Que guardo en mi corazón
Como perlitas de oro.
Los abuelos son recuerdo,
Son la miel entre mis labios.
Ellos no se ponen viejos.
Ellos se ponen más sabios.
Los abuelos son los cuentos,
Los juegos y las historias.
Ellos jamás se mueren,
Pues quedan en la memoria.
Julieta Sagaseta
Siempre te recordaré
Corría sonriente hacia ti.
El viento acariciaba mi cabello,
Al igual que tu mirada sincera
Y tu mirada celestial.
Me cargabas en tus brazos,
Me cuidabas como nadie,
La dulzura de tu trato,
Tu alegría con la gente.
Y juntos en la playa,
Dos almas unidas;
Me sentía tan fuerte,
Te sentías tan fuerte.
Esa forma de llamarme
Una vez más me trae memorias
Que no volverán, que no callarán,
Que siempre tendré, que siempre recordaré.
Y aquello noche de invierno,
La veo tan clara y tan borrosa.
No sabía, era tan pequeña;
No veía, era tan humana.
El tiempo pasó,
Todo cambió.
Nada es como solía ser.
Lo que estaba claro hoy se vuelve a oscurecer.
Y cada sonrisa,
Cada abrazo,
Cada caricia,
Cada mirada.
Se encuentra hoy tan lejano,
Tan distante,
Tan iluminado,
Tan oscuro.
Dentro de mi mente,
Ruego por no olvidar tu voz,
Tu cariño,
Tu dulzura.
Porque el tiempo pasa,
Y el tiempo mata,
Y el tiempo une,
Y el tiempo calla.
Y el tiempo corre,
Y el tiempo olvida,
Y el tiempo abraza,
Y el tiempo cambia.
Camila Baneira
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